miércoles, 9 de marzo de 2011

Josef Koudelka, el fotógrafo gitano.
Unknownmiércoles, 9 de marzo de 2011 0 comentarios



Nacido en Moravia, en ese entonces Checoslovaquia en 1938, ha llegado a ser reconocido como uno de los grandes fotógrafos del siglo XX. No es para menos, sus composiciones son casi surrealistas, logra cuadros que llaman la atención al mismo tiempo por su simplicidad y su belleza.


Josef Koudelka

Koudelka se interesó en la fotografía siendo un adolescente, cuando se hizo amigo de un panadero local que era un entusiasta fotógrafo amateur. En esta época de su vida también estaba obsesionado con los aviones y estudió para ser un ingeniero en aeroplanos, una carrera que practicó desde 1961 hasta 1967, cuando se convirtió en fotógrafo de tiempo completo. 


Trabajó como freelance desde 1961 en un proyecto a largo plazo acerca de los gitanos eslovacos. Realizó fotografías de la invasión soviética en Praga en 1969 que fueron sacadas de contrabando hacia Occidente y publicadas con gran éxito.

Abandonó Checoslovaquia en 1970 y fue un apátrida oficial hasta 1979, mientras contó con el asilo político en el Reino Unido. Koudelka se convirtió en miembro de Magnum, la prestigiosa agencia fotográfica fundada por Robert Capa y Henri Cartier-Bresson, en 1974.


"Gypsies"

De la serie "Gypsies"
En esta famosa imagen, un gitano esposado es conducido al escenario de la reconstrucción de un asesinato. Al fondo, un policía prepara una cámara para tomar una fotografía del acto, y una pequeña muchedumbre se mantiene a distancia. En sus fotografías de asentamientos gitanos tomadas en el este de Eslovaquia entre 1962 y 1968, Koudelka representa un paisaje que se ha deteriorado hasta convertirse en lodo y oscuridad y que está casi en el fin del mundo.

La radical pobreza a causado el práctico desmoronamiento de todo sentido de comunidad. Muchos de sus personajes, tanto en Eslovaquia como después en España, se presentan a la cámara en poses que parecen recordadas a medias o mal aprendidas de otra cultura más formal que ahora aparentemente ha desaparecido.

Koudelka fue uno de los primeros fotógrafos de Europa que afrontó la idea de la desintegración cultural, y su obra Gypsies (Gitanos en español), publicada en 1975, establece un estado de ánimo que se expresó de modo creciente en la fotografía documental de la década de 1980.


El "lunático" de Praga

Invasión a Checoslovaquia
Josef Koudelka cimentó su reputación internacional en la primavera de Praga de 1968. Ian Berry, el único fotógrafo occidental que había en la ciudad para cubrir la invasión de Checoslovaquia por parte del Pacto de Varsovia, recuerda: “estaba trabajando con un par de Leicas escondidas bajo el abrigo y haciendo fotos de vez en cuando, porque los rusos le dispararían a cualquiera que vieran con una cámara; de repente me crucé con ese lunático, con dos Exaktas colgadas del cuello con cuerdas y una caja de cartón como funda, haciendo fotos delante de los rusos ¡con el apoyo de la muchedumbre!”.

El ‘lunático’ era Koudelka, que consiguió las imágenes más dramáticas y definitivas del valiente intento de Dubcek por introducir el ‘comunismo con rostro humano’. Koudelka nos lleva entre la invasión soviética: nos sentimos tan próximos a la reacción de los checos ante sus opresores e invasores porque, como sucede con toda la obra de este autor, vemos la vida por medio de sus ojos. Sus imágenes son poderosas, con una composición muy marcada, y están realizadas con belleza.

Invasión a Checoslovaquia
Sin embargo, Koudelka aunque era testigo evidentemente valiente y comprometido con esos terribles acontecimientos, sólo estaba trabajando como ya había hecho con su anterior proyecto sobre la opresión de los gitanos eslovacos. Si bien hasta 1948 fue conocido anónimamente como P.P. (Prague Photograph), Koudelka no pudo permanecer en su patria: “todo el mundo sabía que había sido yo el autor de las fotos. Me entró miedo. Le pedí a Magnum que me enviara una carta pidiéndome que fotografiara gitanos. Todavía tenía algunos amigos en el Ministerio de Cultura, de modo que les llevé la carta firmada y se me dio permiso para abandonar el país durante tres meses para fotografiar gitanos. Me llevé conmigo mis mejores negativos”.

Así empezó un periodo de exilio e incesantes traslados entre los dos únicos puntos fijos de su nómada vida: Londres y París; hasta la Revolución de Terciopelo de 1989. Viajaba durante los meses de verano, a menudo durmiendo donde podía, y se pasaba los inviernos en el cuarto oscuro de un amigo, procesando e imprimiendo su trabajo. Era una vida bastante similar a la de los gitanos, que tantas veces habían sido protagonistas de sus fotos.
Sobre este blog Chile de Agua Este blog está conformado por los fotógrafos más talentososo de nuestro país. A las pruebas nos remitimos.Facebook y Twitter

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